Cicle visibilitat de la dona
Antes de semana santa, concidiendo con una de las fechas sagradas del año y la recién fumata blanca, tuvimos la oportunidad de compartir una velada con Sor Lucia Caram.
Sor Lucia Caram es un monja que al contrario de mucha gente de influencia tiene claro cuál es su objetivo. Sor Lucia Caram quiere hacer feliz a los demás y está dispuesta a contradecir a los mismos poderes de la iglesia para lograr su objetivo. Asegura actuar siempre de acuerdo con Cristo y los evangelios y añade que éstos no tienen mucho que ver con la iglesia actual y sus dirigentes. Por lo tanto, Sor Lucia Caram comparte nuestros valores liberales del uso del condón, del amor entre personas del mismo sexo, etc. Piensa que la iglesia no ha de tener poder sino ofrecer servicio.
Estudió teología, trabajo con niños pobres y marginados sociales y pasó varios años en la más absoluta clausura. En el momento que estalla la crisis en su país de origen (Argentina), Sor Lucia Caram no dudó en manifestarse contra la clase política y ayudó a los niños desfavorecidos y hambrientos que fueron protagonistas de la opinión pública del país en ese momento. Se centró en ayudar a su provincia, la de Tucumán, que degraciadamente fue una de las más desfavorecidas de su país. Tras ese terrible episodio, cogió forma la reencarnación de Francisco de Asís y Sor Lucia Caram lleva desde entonces dedicando su vida a ayudar a los pobres.
De Tucumán llego a Manresa dónde se asentó solidarizándose con las primeras víctimas de la crisis económica. Su experiencia, su fe y su voluntad la llevaron a construir una de la más importantes plataformas de recaudación de alimentos que con el tiempo se ha convertido en una fundación de la que se benefician más de 3.000 personas.
Con delicadeza y astucia, Sor Lucia Caram nos diseñó verbalmente y de forma abierta y transparente el mapa mental de la logística de su proyecto del banco de alimentos. Perfiló con orgullo a cada uno de los voluntarios que conforman este proyecto social y que contribuyen a compartir felicidad entre las vidas más desfavorecidas y víctimas de una sociedad cada vez menos transparente, injusta y desigual.
Por último, dejó claro, su opinión más que favorable por la llegada de un nuevo papa latinoaméricano con el que comparte su razón de vivir.
Cada una de las agima volvimos a casa con el testimonio escrito por nuestra nueva heroína que manifiesta abiertamente que su único claustro es el mundo.
Gracias a personas como Sor Lucia Caram, nuestro grupo de interés se hace más numeroso, tenemos claro que la unión hace la fuerza y desde nuestra última cita hemos aprendido que tenemos que contribuir a que la parte del pastel que nos pertoca disminuya para poder llegar a más gente y vivir todos en paz y felicidad.
Amén.
